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Un vistazo al uso ético de la IA en el mundo empresarial

By Efren, Apr 18, 2024

Cabecera en donde se ilustra el uso de la inteligencia artificial en el trabajo

La inteligencia artificial (IA) ha tocado diversas ramas de nuestra vida, tanto es así que muchas de las notas e información que encontramos son sobre la cantidad de empleos que va a quitar, las facilidades que brinda, la optimización de operaciones y oportunidades como el análisis predictivo.

Sin embargo, hay una zona en donde todavía no se ha hablado mucho: las relaciones de trabajo. Por qué más allá de utilizarla para crear contenido, analizar información o establecer tendencias, mucha de esta tecnología se está utilizando para medir a los trabajadores. Por ello, queremos hablar de las posibilidades y cómo las empresas pueden utilizarla de forma ética.

IA y su impacto en la cultura de trabajo

El despliegue de la inteligencia artificial o IA en la toma de decisiones laborales ha transformado radicalmente la cultura de trabajo. Las herramientas de IA ahora colaboran estrechamente con los empleados en tareas diarias, desde el análisis de datos hasta la mejora de la eficiencia operativa.

La industria de la inteligencia artificial llega cada vez a más ámbitos, desde el desarrollo del trabajo hasta la contratación

Sin embargo, este escenario plantea importantes desafíos éticos: desde el trabajo hecho completamente por la IA hasta la supervisión de los empleados. Además, el uso ético de la IA en el lugar de trabajo debe tener en cuenta aspectos como la privacidad, la discriminación y la transparencia.

En el caso claro de la transparencia, muchas empresas están implementado software que les dice cómo están trabajando sus empleados, cuánto tiempo les toma hacer una tarea, si están realizando pausas excesivas o si son muy distraídos. Aunque esto puede ayudar a mejorar la productividad y eficiencia de los empleados, también plantea preguntas éticas sobre el derecho a la privacidad de estos trabajadores.

Las decisiones impulsadas por algoritmos, a menudo desconocidos para muchos, pueden afectar el desarrollo, la estructura salarial e incluso el despido de los empleados. Esto suscita importantes interrogantes sobre la equidad y, más crucialmente, sobre la justicia. ¿Cómo pueden las empresas asegurarse de que sus sistemas de inteligencia artificial no perpetúen prejuicios existentes, sino que promuevan un entorno justo y equitativo para todos los trabajadores?

Responsabilidad humana

A medida que la IA se vuelve más sofisticada, también lo hace su capacidad para tomar decisiones y acciones independientes. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿quién es responsable de las decisiones tomadas por los sistemas de inteligencia artificial en el ámbito empresarial? La respuesta no es clara, ya que los algoritmos están diseñados y entrenados por humanos, pero a menudo operan de manera autónoma.

Las empresas deben considerar cuidadosamente cómo abordar la responsabilidad en el uso de IA en su cultura laboral. ¿Debería ser una responsabilidad compartida entre los programadores y diseñadores de IA, los empleados que interactúan con ella y los líderes empresariales? ¿O debería recaer toda la responsabilidad en un individuo o equipo designado específicamente para supervisar su uso ético?

El tema es tan grande, que el gobierno de los Estados Unidos creó una orden que señala no solo el uso responsable y benéfico de esta herramienta, sino también los riesgos que van desde “el fraude, la discriminación, los prejuicios y la desinformación; desplazar y restar poder a los trabajadores; ahogar la competencia; y plantear riesgos para la seguridad nacional”.

La extensa orden es un ambicioso intento de dar cabida a las esperanzas y los temores de todos, desde los directores ejecutivos de empresas tecnológicas hasta los defensores de los derechos civiles, al tiempo que explica cómo la visión de Biden sobre la inteligencia artificial funciona con su visión de todo lo demás.

Propuesta de trabajo que habla de la implementación de la inteligencia artificial en el área de soporte

Equidad en las decisiones basadas en IA

La equidad se convierte en un componente central de cualquier estrategia de IA en el lugar de trabajo. Significa que las decisiones basadas en la IA no deberían perpetuar ningún sesgo injusto, ya sea de género, raza o cualquier otra característica protegida.

Para lograr la equidad, es necesario un análisis detallado de los algoritmos utilizados, asegurándonos de que no estén sesgados y que ofrezcan igualdad de oportunidades. Es un desafío complejo, pero esencial para que la IA sea considerada un socio de confianza en la toma de decisiones, en lugar de un factor que contribuye a la desigualdad.

Para enfrentar los sesgos en la inteligencia artificial, la humanidad debe emprender un esfuerzo multidisciplinario que involucre a expertos de diversas áreas, tales como la ética, la sociología, la psicología y, por supuesto, la tecnología. Uno de los primeros pasos es fomentar la diversidad entre los equipos de desarrollo de IA, asegurando que las perspectivas de diferentes géneros, culturas, y trasfondos socioeconómicos estén representadas. Esto puede ayudar a identificar y mitigar prejuicios inadvertidos en las etapas tempranas de diseño y programación.

Además, es crucial establecer estándares y regulaciones claras que rijan la creación y el uso de sistemas de IA, incluyendo la obligación de realizar auditorías regulares de los algoritmos para detectar y corregir sesgos. La transparencia en los sistemas de IA también juega un papel importante; entender cómo toman decisiones los algoritmos facilita la identificación y corrección de puntos de inequidad.

Por último, invertir en la educación y sensibilización sobre la importancia de la equidad en IA puede empoderar a usuarios, desarrolladores, y tomadores de decisiones para exigir y crear tecnologías más justas y representativas. La colaboración internacional para establecer principios éticos globales en el desarrollo de IA puede ayudar a asegurar que los esfuerzos por eliminar sesgos se lleven a cabo de manera uniforme en todo el mundo.

Infografía que explica cómo funciona la inteligencia artificial de una manera muy simple

La transparencia como pilar de confianza

La transparencia es esencial para la confianza en la IA. Los empleados deben comprender cómo la IA afecta sus vidas laborales, desde cómo interactúan con los algoritmos hasta cómo les influyen en la progresión de su carrera. Sin esta comprensión, la IA puede fácilmente caer en la sospecha de ser una fuerza manipulativa y no colaborativa.

Pero ¿cómo lograr esta transparencia? Las empresas deben proporcionar información clara sobre cómo se utilizan los datos, sobre los procesos de toma de decisiones algorítmicos y sobre las implicaciones que estas decisiones tienen en la vida laboral de los empleados.

También es importante garantizar que los empleados tengan la capacidad y las herramientas para hacer preguntas y expresar preocupaciones sobre el uso de IA en su lugar de trabajo. La comunicación bidireccional entre los empleados y los líderes empresariales es fundamental para establecer la confianza en la IA.

En resumen, la responsabilidad humana, la equidad y la transparencia son pilares esenciales para garantizar un uso responsable y beneficioso de la IA en el lugar de trabajo. Las empresas deben trabajar activamente para abordar estos temas y fomentar una cultura laboral ética cuando se trata de inteligencia artificial.

Infografía que señala la importancia de la inclusión, equidad y diversidad y cómo aprender de ella

Responsabilidad empresarial en la implementación de la IA

La responsabilidad corporativa se manifiesta en la forma en que las empresas gestionan los riesgos asociados con la IA. Los algoritmos no son infalibles y es posible que tomen decisiones incorrectas o perjudiciales, por lo tanto es crucial que las empresas tengan mecanismos de retroalimentación y corrección para sus sistemas de IA, y la capacidad de explicar y justificar sus decisiones.

Estas son solo algunas áreas clave en las que las empresas deben enfocarse para garantizar un uso ético de la IA en el lugar de trabajo. El uso responsable de la IA es un imperativo moral y puede marcar la diferencia entre un usuario satisfecho y un usuario que siente que sus derechos han sido vulnerados.

El software para monitorear a los empleados ha estado disponible durante años; sin embargo, con el aumento del trabajo a distancia, muchas empresas temen que la productividad en casa no sea tan alta como en la oficina. Por esta razón, algunos empresarios están adoptando programas de seguimiento de la actividad de sus trabajadores por primera vez, independientemente de si a sus empleados les agrada la idea o no.

“Las empresas tienen la libertad de seleccionar las funciones de monitoreo que desean implementar. Algunos empleadores recurren a estos sistemas para prevenir o identificar robos, lo cual es una preocupación legítima y comprensible, especialmente en ciertas industrias. Sin embargo, otros lo ven como un medio para garantizar que los empleados se enfoquen en sus responsabilidades y eviten distracciones como Facebook, revelando así una falta de confianza en su capacidad para auto-supervisarse. Esta percepción puede ser interpretada por los trabajadores como una intrusión a su privacidad, provocando descontento”, escribe Sara Morrison.

Hacia una cultura empresarial consciente de la IA

La incorporación de la IA en el mundo empresarial es inevitable, pero el camino hacia una adopción ética y responsable está lejos de ser directo. Las empresas deben fomentar una cultura que cuestione y exija rendición de cuentas sobre el uso de la IA.

La capacitación y sensibilización sobre la IA y sus implicancias éticas deben ser una prioridad. Los temores y prejuicios que rodean a la IA pueden abordarse con educación y debate, lo que a su vez puede llevar a un mayor nivel de aceptación y uso responsable.

No como ahora, pues muchas veces a a los solicitantes de empleo no necesariamente se les informa que sus datos, incluyendo sus currículums, aplicaciones de video, o incluso datos tomados de las redes sociales son utilizados por algoritmos de contratación de IA para evaluar su solicitud.

Es importante que los países comiencen a crear legislación laborar relacionada con el uso confiable de la IA; sin embargo los retos están a la orden del día, pues si lo que se busca es promover la equidad y combatir los prejuicios en los empleos, la inteligencia artificial puede requerir una cantidad y tipo de datos que podrían aumentar los riesgos para la privacidad de los trabajadores.

La clave está en encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos individuales y el progreso tecnológico, y para ello es esencial que haya una colaboración continua entre las empresas, los empleados y los gobiernos. Solo así podremos aprovechar todo el potencial de la IA en el lugar de trabajo de manera responsable y ética.

Desarrollando un enfoque ético en el uso de la IA

Desarrollar un enfoque ético en el uso de la IA es fundamental para el bienestar a largo plazo de la empresa y de sus empleados. El punto de partida es una comprensión clara de las implicaciones éticas de la IA, seguida de acciones concretas para abordarlas.

Es necesario un diálogo continuo entre todas las partes interesadas, desde los líderes empresariales y tecnológicos hasta los propios empleados. Juntos, pueden establecer los estándares éticos necesarios para aprovechar el poder transformador de la IA de manera responsable.

En general, es fundamental fortalecer la capacidad de trabajadores, empleadores, entidades sociales y reguladores, proporcionándoles conocimientos sobre la ética de la inteligencia artificial en el ámbito laboral. Esto les permitirá comprender mejor los desafíos existentes y aportar de manera informada a las discusiones y decisiones relacionadas.

En el equilibrio entre el progreso tecnológico y las consideraciones éticas, las empresas deben defender una postura firme, y a su vez, preparar a su personal para navegar en este nuevo contexto laboral. La inteligencia artificial, si bien constituye un reto, también presenta una oportunidad única para redefinir los límites de la ética, la comunicación y la equidad en el mundo empresarial.

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