Los datos son uno de los activos más valiosos de cualquier industria. Permiten a las empresas tomar mejores decisiones, comprender a sus clientes y optimizar sus operaciones. Puede utilizar los datos para mejorar el servicio al cliente, orientar las campañas de marketing y hacer un seguimiento del rendimiento. Los discos duros, los CD y las cintas son ejemplos de almacenamiento físico de datos. En cambio, los servidores, las nubes y las bases de datos son ejemplos de almacenamiento electrónico de datos. Al seleccionar un método de almacenamiento de datos, es fundamental tener en cuenta la seguridad, el coste, la eficiencia y la escalabilidad. Cuando se trata de almacenamiento de datos, la seguridad es de suma importancia. Las filtraciones de datos pueden ser desastrosas para las empresas, provocando pérdidas financieras, daños a la reputación y responsabilidad legal. Las empresas se ocupan de estos riesgos aplicando fuertes medidas de seguridad, como la instalación de cortafuegos y software antivirus, limitando el acceso a los datos sensibles a los usuarios autorizados y cifrando los datos. Crear un plan de respuesta a incidentes de seguridad es otro paso